TRÁFICO DE ÓRGANOS… Y TERROR
Estados Unidos y Francia realizan una
investigación conjunta de cómo operan las bandas criminales en México. Foto:
Cuartoscuro
Aunque en México se desconoce la
cifra exacta de cuántos de los niños que son robados se destinan al tráfico de
órganos, autoridades de Estados Unidos y de Francia tienen identificado
perfectamente el modus operandi de las bandas delictivas.
“Los órganos de los niños no se los
llevan de México en contenedores o hieleras, eso es ciencia ficción. Se los
llevan vivos a Estados Unidos, estando allá hay clínicas y médicos corruptos
que por miles de dólares los operan y les extraen todos los órganos. La prueba
de que existe el tráfico de órganos, es que muchos de los niños robados, nunca
aparecen”, explicó.
Guillermo Gutiérrez planteó que las
autoridades estadounidenses y francesas aseguran que los restos de un niño que
es intervenido quirúrgicamente para la extracción de sus órganos en alguna
clínica clandestina es desaparecido de la forma más atroz.
“Yo he hablado con estas autoridades
de alto nivel de Estados Unidos y Francia. Ellos dicen que nunca se va a
encontrar a un niño abierto en canal, porque lo que hacen estas bandas es que
los restos de las víctimas son echados a unas grandes trituradoras de carne.
Como carne molida, se los echan a los perros”, dijo. “Es verdaderamente algo de
horror”, añadió.
En cuanto al perfil de los niños
robados que son ideales para el tráfico de órganos, las edades oscilan entre
los siete y 10 años de edad. Los bebés hasta cinco años, son sustraídos generalmente
para venderlos a parejas que no pueden tener hijos.
“Los recién nacidos son para el
satanismo; para adopciones por parejas que no pueden tener hijos, son de cero a
tres, cuatro y hasta cinco años”, explicó.
Los infantes, aunque en menor medida,
también desaparecen en pequeños poblados y comunidades indígenas, pero de ellos
en ocasiones no existe ni siquiera una averiguación previa.
El problema del tráfico de órganos de
niños mexicanos hacia Estados Unidos ha cobrado visibilidad durante la última
semana cuando fue denunciado por El Vaticano en el editorial del diario L”Osservatore Romano.
La autora del artículo, Lucetta
Scaraffia, denunció que existe “un constante aumento” de tráfico de niños
migrantes indocumentados entre el territorio mexicano y el estadounidense.
El negocio del tráfico de órganos
también fue denunciado por un reportaje de Julia Preston en The New
York Times, donde afirma que las familias y los menores se han vuelto un
negocio de altas utilidades y bajo riesgo para los líderes de los cárteles
mexicanos de la droga que se han apoderado del control del tráfico humano en el
Río Bravo.
Ahora ofrecen paquetes familiares,
cobrando hasta 7 mil 500 dólares por llevar desde América Central hasta el lado
estadounidense del río a un menor solo o a una madre con hijos señalan agentes
de la Patrulla Fronteriza y testimonios de migrantes.
Pero en México cualquier niño robado
puede ser trasladado a Estados Unidos para venderlo y extirparle sus órganos,
por lo que Guillermo Gutiérrez dio algunas de recomendaciones para evitar el
robo de un menor.
“No dejarlos solos en ningún momento,
inculcarles que deben rechazar cualquier regalo que provenga de un extraño,
avisar a sus papás cualquier situación extraña y no contestar los teléfonos en
sus hogares cuando están solos.
La Fundación Nacional de
Investigaciones de Niños Robados y Desaparecidos realiza una campaña de
prevención del robo de infantes en las escuelas del Distrito Federal, Estado de
México, Veracruz y Puebla, pero está abierta para llevarla a cualquier plantel
público o privado que lo requiera.
“La campaña es gratuita, hacemos el
trabajo que no está haciendo el gobierno. Vamos a las escuelas y hablamos con
los niños y con los papás”, dijo Guillermo Gutiérrez.
Los números de la fundación para
solicitar información son: 01 (55) 5760 8979 y 6548 3709.
En redes sociales a través de
Facebook y Twitter se le da seguimiento a la Alerta Amber y a información
relevante para la prevención del robo de niños. 28 de junio 2014.
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